El Mitsubishi adaptado que pilotará el ilerdense en el Dakar 2017 ha pasado hoy las verificaciones en el puerto francés de Le Havre.

El piloto del equipo KH-7 Rally Team avisa de las dificultades del nuevo recorrido por Paraguay, Bolivia y Argentina.

“Será una carrera con una navegación mucho más complicada, menos rápida que otros años y la parte de Bolivia durísima por la altitud”.

El Mitsubishi T1, con los mandos adaptados en el volante, que pilotará Isidre Esteve en el próximo Rally Dakar ha iniciado su viaje transoceánico hacia Sudamérica. Antes de embarcar en Le Havre para iniciar una larga travesía de tres semanas, el vehículo del KH-7 Rally Team ha pasado sin problemas las verificaciones técnicas, luciendo ya su aspecto definitivo, con los colores de KH-7, Repsol y Onyx Seguros.

Isidre Esteve y su copiloto Txema Villalobos se despidieron del 4×4 durante un test celebrado hace unos días en la Masía Pelarda de Teruel. Se trató de un shakedown destinado a comprobar que los nuevos componentes montados funcionan sin problemas.

“Después del test de Marruecos y el shakedown de Teruel, el coche está a punto para afrontar la carrera.  Una vez llegue a Buenos Aires, hará por carretera más de 1.000 kilómetros hasta Asunción que vendrán muy bien como rodaje, después de estar casi un mes parado en el barco”, explica el piloto de Oliana (Lleida) que viajará a Sudamérica el 29 de diciembre.

Del 2 al 14 de enero, los participantes deberán completar cerca de 9.000 kilómetros repartidos en 12 etapas por Paraguay, Bolivia y Argentina. Isidre Esteve se ha informado bien del recorrido, presentado esta misma semana en París y avisa de sus dificultades: “La navegación será más complicada porque se han limitado las funciones del GPS lo que dará más protagonismo a los copilotos. Las etapas también serán más largas y eso nos obligará a todos a dosificar la velocidad y, por último, habrá que tener mucho cuidado con la altura de Bolivia”.

Precisamente, estos días el piloto del KH-7 Rally Team está preparándose para afrontar la altitud en el departamento de fisiología del Centre d’Alt Rendiment de Sant Cugat y su cámara hiperbárica. “Estamos trabajando para que el cuerpo se adapte lo mejor posible y no sufra mal de altura cuando nos encontremos compitiendo en Bolivia por encima de los 4.000 metros. Físicamente llegaré con confianza porque hemos realizado una gran preparación previa”, sentencia el ilerdense.