La cancelación de la sexta especial por las condiciones meteorológicas adversas deja las clasificaciones intactas y a la piloto de KH-7 en 26ª posición de la general.


“Con la lluvia que ha caído no se podía disputar la etapa, pero hubiera preferido que no fuera así porque era una especial larga y dura, en la que hubieran pasado cosas”.

“Cuantas más etapas haya y más cosas sucedan mejor para mí estando donde estoy”.

Día de impasse en el Rally Dakar. Los competidores que siguen en carrera no han disputado la sexta etapa, prevista para este sábado entre Oruro y La Paz y que debía albergar la especial más larga de la carrera, con 527 kilómetros. La organización anunciaba ayer por la noche la suspensión de la jornada por la climatología adversa que azota estos días Bolivia y que ha dejado las pistas totalmente impracticables.

Laia Sanz valora así la decisión de la cancelación: “Está claro que con la lluvia que ha caído no se podía disputar la etapa, pero hubiera preferido que se hubiera podido hacer en buenas condiciones porque era una especial larga y dura, en la que hubieran pasado cosas”.

La piloto de KH-7 es 26ª en la general a 2h 08’15” del líder, a 1 hora del top 10 y a 32 minutos del top 15 tras las dos últimas etapas en las que sendos contratiempos con la navegación le impidieron firmar buenos resultados. Por eso, Laia lamenta perder una oportunidad para tratar de invertir la situación: “Para remontar algunas posiciones me hubiera ido bien correr. Ahora, cuantas más etapas haya y más cosas pasen mejor para mí estando donde estoy. Cuando estás delante quieres que se anulen etapas, pero en mi posición hubiera sido mejor disputarla. No ha podido ser porque hoy era imposible, así que a pensar en los siguientes días”.

Al menos, la barcelonesa podrá disfrutar mañana de un merecido día de descanso para recobrar fuerzas después de una primera semana de grandes contrastes y unos últimos días pasados por agua y con temperaturas muy bajas.

“Hoy nos hemos abrigado bien para hacer el enlace hasta La Paz después de un día de ayer en el que tuvimos que hacer 300 kilómetros por carretera con lluvia y mucho frío. Además, ayer, un coche de policía que tenía delante en la carretera pisó un plástico y salió despedido hacia mí. Se partió el paramanos y me golpeó la mano muy fuerte. Por un momento pensé que era grave, pero quedó en un susto. Ahora tocará descansar bien para afrontar la segunda semana de carrera lo mejor posible”, explica.